domingo, 20 de abril de 2008

La gamba

Caminando sin prisa alguna por la Alameda (metro U. De Chile)

martes 23 de abril a las 14:26 de una funada tarde de diligencias

un longevo no guarda timidez para zarandear frente a mí, su carreteada taza plástica

como realmente no me interesa, y es que hay tanto viejo pidiendo, que no queda opción

sigo caminando y no le suelto una mísera moneda de “gamba”

un poquito más allá, antes de llegar a Bandera, llego a ese lugar

parece ser un cuartel Punk con característico olor a meado

no tengo nada contra los Punk, menos contra la orina

Amigo: una colaboración? – Creo que nunca le he pasado una “gamba” a un Punk

será por que nunca llegaré a ser uno de ellos?

Esta tarde no le soltaré un peso a nadie, pienso.

Le subo el volumen a mi pent drive y automáticamente apuro el tranco.

Si los perros mendigaran, definitivamente, estaría en la quiebra (o en la quebrada).

Me subo a una micro

miro el panorama y tengo suerte

queda un asiento, la suerte no era tal

tendré que vérmelas con una “eñora” gorda con un feto de a lo menos…3 años

me acerco sin ánimo y el panorama empeora de la manera más cruel

la “eñora” lleva bolsas al colapso de verduras y webadas a fin

al fin ya estoy cómodamente sentado

comienza a llover, como nunca eso me alegra

toco el vidrio y está helado

me trae recuerdos pingüinos.

ya olvidé donde debía bajarme

me duermo […]

Tomo un texto viejo

de páginas amarillentas

grafías apenas negras

acompañan de buena manera mi viajar

Tomo esa moneda

esperanzado en que no quede atorada

marco tu número

esperando comunicarme contigo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno, directo a la reflexion capital...