Caminando sin prisa alguna por
martes 23 de abril a las 14:26 de una funada tarde de diligencias
un longevo no guarda timidez para zarandear frente a mí, su carreteada taza plástica
como realmente no me interesa, y es que hay tanto viejo pidiendo, que no queda opción
sigo caminando y no le suelto una mísera moneda de “gamba”
un poquito más allá, antes de llegar a Bandera, llego a ese lugar
parece ser un cuartel Punk con característico olor a meado
no tengo nada contra los Punk, menos contra la orina
Amigo: una colaboración? – Creo que nunca le he pasado una “gamba” a un Punk
será por que nunca llegaré a ser uno de ellos?
Esta tarde no le soltaré un peso a nadie, pienso.
Le subo el volumen a mi pent drive y automáticamente apuro el tranco.
Si los perros mendigaran, definitivamente, estaría en la quiebra (o en la quebrada).
Me subo a una micro
miro el panorama y tengo suerte
queda un asiento, la suerte no era tal
tendré que vérmelas con una “eñora” gorda con un feto de a lo menos…3 años
me acerco sin ánimo y el panorama empeora de la manera más cruel
la “eñora” lleva bolsas al colapso de verduras y webadas a fin
al fin ya estoy cómodamente sentado
comienza a llover, como nunca eso me alegra
toco el vidrio y está helado
me trae recuerdos pingüinos.
ya olvidé donde debía bajarme
me duermo […]
Tomo un texto viejo
de páginas amarillentas
grafías apenas negras
acompañan de buena manera mi viajar
Tomo esa moneda
esperanzado en que no quede atorada
marco tu número
esperando comunicarme contigo
1 comentario:
Muy bueno, directo a la reflexion capital...
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