Tomo uno de esos "cigarros" que no venden en negocio alguno
de los que arremango con mis propias manos, o las de un camarada de ocasión
a pesar de estar solo, en un acto casi militar, me arranco al patio
Los mismos espectadores de siempre, un árbol, unas plantas, tres o cuatro sillas olvidadas, la fiel mesa
Les tengo una confianza insuperable
Entre dos luces comienza la partida
un dedo casi quemado anuncia que la acometida ha terminado
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
chi! ya no queda parron acaso, que no se menciona?
lamento informarte "tinta", que el parrón hace mucho ya no existe
Publicar un comentario