jueves, 4 de noviembre de 2010

tai pasao a grasa weon

Hoy cumplí treinta y cinco años, y a pesar de que he llevado una vida dura, bien dura y carreteada, aun me veo como un cabro, Dios ha sido generoso conmigo, me permitió ser un tipo encachao, pintoso...de reconocido éxito con las minas. Anoche, estando solo entre mis cuatro paredes (que en realidad no son mías, son arrendadas) me picó el bicho que a diario me pica, el bicho que hace que mi vida sea un poco más dura de lo rutinario, entonces pensé que sería la mejor idea del mundo partir a mis antiguas tierras a buscar algo que apaciguara mi ansiedad, busqué por todos lados la tarjetita del taxi hasta que la encontré. De vuelta de la victoria y justo cuando quise entrar a tirarme las líneas, me dí cuenta que había dejado las llaves olvidadas sobre la cómoda, cresta! y mis ganas de jalar aumentaron, a las 12:15 de la noche no tienes muchas cartas por jugar, comencé a tocar el timbre de la administradora, pero nada!.... pasaron unos 10 minutos y tuve la certeza que todos los arrendatarios ya estaban en sus piezas, duermiendo!... la cosa pintaba como para dormir en la calle... pero la angustia de andar cargado no me dejaba en paz. Cerca de las 1:00 de la mañana comenzó el desfile de flaites, y la desesperación me hizo buscar una salida alternativa a tener que quedarme en la puerta de la casona. Frente a la casa hay un camión abandonado, desde que vivo acá lo veo... no se mueve un milímetro. Tuve que pasar la noche acostado debajo del camión, escondido y bien perseguido, de dormir ni hablar...pasaban los buses del transantiago casi topando al camión... y yo duro, sin poder dormir...

ni que fuese mecánico....una buena ducha para sacar el olor a grasa

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